El Experimento del Pequeño Albert, uno de los más crueles de la historia
El experimento del pequeño Albert es una demostración empírica del procedimiento de condicionamiento clásico. Es un fenómeno que asocia a un estímulo condicionado con un estímulo incondicionado hasta que producen el mismo resultado.
El condicionamiento clásico se asocia comúnmente con Ivan Pavlov, quien hizo sonar una campana cada vez que alimentaba a su perro hasta que el mero sonido de la campana hacía a su perro salivar.
Fue realizado por John B Watson y su colaboradora Rosalie Rayner, en la Universidad Johns Hopkins en 1920. Se propuso replicar el experimento del perro de Pavlov en los seres humanos.
Watson creía que la conducta humana debía estudiarse exclusivamente con base en los comportamientos aprendidos. Desvalorizaba la implicancia de los elementos genéticos, inconsciente o instintos.
La campana y el perro de Pavlov
Iván Pávlov fue un fisiólogo y psicólogo ruso, y el primero en demostrar el condicionamiento clásico que se basa en el modelo estímulo – respuesta. Se dio cuenta que los perros salivaban cuando sabían que le iban a poner el plato de comida.
Pavlov decidió hacer sonar una campana cada vez que le ponía la comida al perro para que el animal asociará el ruido de la campana con la comida. De esta manera el perro salivaba al mismo tiempo que oía las campanadas.
Finalmente pudo comprobar que el animal asoció una respuesta fisiológica (salivaba) a un nuevo estimulo (la campana). Cada vez que la campana sonaba el perro salivaba aunque no recibiera la comida.
Experimento del Pequeño Albert
A Watson le pareció que era una buena idea intentar demostrar que las conclusiones a las que había llegado Pavlov también se podían aplicar al ser humano. Para llevar a cabo el experimento fue a un orfanato y eligió a un bebé de tan solo 8 meses, el pequeño Albert.
La primer parte del experimento consistió en que Albert interactue con una rata blanca. Luego, imitando la idea de Pavlov, comenzó a asociar la presencia del animal con un fuerte ruido.
Como a la mayoría de los bebes, Albert se asustaba con los golpes repentinos y fuertes. Es así como el pequeño Albert comenzó a sentirle temor a la rata.
Después se introdujeron otros animales como conejos, perros e incluso abrigos de piel y Albert demostró miedo al ver esos elementos. Este macabro experimento se desarrolló durante un año.
Nunca se supo publicamente que sucedió con Albert, una publicación aseguró que el niño murió a los 6 años de una hidrocefalia congénita.