El Fallido Experimento de la Balsa del Sexo
La balsa del sexo fue construida exclusivamente para el experimento y bautizada con el nombre “Acali”. En mayo de 1973 zarparon de España 11 personas con destino a México.
El nombre de la balsa “Acali” procede de una palabra del idioma náhuatl cuyo significado es “la casa en el agua”.
Santiago Genovés era el antropólogo que pensó el experimento, quería entender el origen de las guerras y demostrar cómo el sexo y la violencia estaban relacionados. Los 11 voluntarios pertenecían a distintos países, religiones y etnias.
El pequeño laboratorio flotante, en el cuál también estaba Genovés, no tenía ni motor ni electricidad. Tenía una única vela para impulsar la embarcación y contaba con dos botes salvavidas.
Para encontrar a los voluntarios, Genovés publicó un anuncio en varios periódicos internacionales. La mayoría de los viajeros elegidos estaban casados y tenían hijos.
Maria Björnstam, de 30 años y soltera, fue invitada por Genovés y era la capitana del viaje. Fue seleccionada por ser “la primera mujer del mundo en tener nombramiento de capitán de navío“.
Los días en la balsa
La balsa Acali fue arrastrada hacia mar abierto desde de Las Palmas, en las islas Canarias, hasta quedar suelta como una isla flotando. Sin ninguna escapatoria, las personas debían cruzar el océano hasta la isla mexicana de Cozumel.
El viaje duró 101 días y Genovés llenó más de mil páginas con observaciones de la vida a bordo. Los participantes completaron cuestionarios sobre temas diversos acerca de las relaciones.
Si bien varios pasajeros tuvieron relaciones sexuales, estos comportamientos no generaron tensión ni hostilidad. Los días pasaron y el único asomo de alguna conducta violenta brotó ante un tiburón.
El investigador observado
Con el pasó de los días Genovés se frustró por los resultados que arrojaba el experimento. A tal punto que logró entender que efectivamente la experiencia había logrado su objetivo, pero en su conducta.
Escribió: “me di cuenta de que el único que había mostrado algún tipo de agresión o violencia en la balsa había sido yo”. También había sido el único blanco de los sentimientos oscuros de los demás.
Posteriormente los tripulantes narraron que fue difícil soportar la violencia psicológica demostrada por Genovés. Además, varios voluntarios contaron que habían fantaseado con asesinarlo.
El origen del experimento de la balsa del sexo
Todo empezó con el secuestro que sufrió Santiago Genovés en noviembre de 1972. Viajaba de España a México cuando un grupo tomó el control del vuelo para exigir la libertad de unos compañeros.
“Era demasiado bueno para ser cierto. Imagínense la ironía. Yo, un científico que había pasado toda mi carrera estudiando el comportamiento violento, acaba en medio del secuestro de un avión“.
El secuestro lo inspiró a crear una situación similar, que le sirviera de laboratorio para estudiar el comportamiento humano.