Película I Como Icaro

Película I Como Icaro
3.9
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La Película I Como Icaro y la relación con las investigaciones de Milgram

La película I Como Icaro es un film francés que se estrenó en el año 1979. Claramente está inspirada en el asesinato del presidente John F. Kennedy llevado a cabo en noviembre de 1963.

Sin embargo, en la película se trabaja la idea de que un individuo normal puede cumplir actos contrarios a su conciencia. Como lo demostró Stanley Milgram con sus experimentos para medir el grado de obediencia a la autoridad.

Es un policial francés interpretado por Yves Montand y música de Ennio Morriconi. La historia se basa en el silencio gubernamental ante un hecho similar a la muerte de Kennedy pero ambientado en París.

El título original es “I… comme Icare” y está dirigida por Henri Verneuil quien escribió el guión junto a Didier Decoin.

¿De qué se trata la película?

La película cuenta como el presidente de un país ficticio es asesinado en un evento público. Una investigación concluye con que fue abatido por un psicópata solitario que después se suicidó.

Luego del asesinato del presidente, uno de los miembros del comité investigativo se rehúsa a firmar el informe final y, en su condición de fiscal general, decide reabrir el caso. En el curso de su indagación se ve confrontado con el famoso experimento de Milgram.

Los espectadores asisten a una versión cinematográfica que, si bien difiere en varios puntos de la experiencia original, mantiene su esencia añadiéndole el dramatismo necesario para poner a todos en la piel del sujeto.

Durante la película se reproduce una sesión completa del experimento de Milgram.

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La Leyenda de Icaro

Ícaro es hijo de Dédalo, genio de la antigüedad que le mostró a Ariadna cómo Teseo podía encontrar el camino en el laberinto de Minos, donde se encontraba el Minotauro.

Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto.

Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad.

El padre había advertido a su joven hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo. No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por lo aires desobedeciendo a Dédalo quien no pudo impedirlo.

Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía, se acercó demasiado al sol. El calor derritió la cera que sostenía sus alas y acabó precipitándose en el mar, donde murió.

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