
El Comportamiento Pasivo por la Indefensión Aprendida
La indefensión aprendida hace referencia a la condición de un ser humano o animal que “aprendió” a comportarse pasivamente frente a una situación. Según los estudios de Seligman, la indefensión es la sensación subjetiva de no poder hacer nada frente a un problema, situación o estímulo desagradable.
Es importante aclarar que el experimento llevado a cabo por Martin Seligman es muy cruel y en la actualidad estaría prohibido hacerlo. Seligman era un psicólogo y realizó el experimento en 1967 en la Universidad de Pensilvania.
La indefensión aprendida o impotencia aprendida es la sensación subjetiva de no tener la capacidad de hacer nada para cambiar una situación aversiva. A pesar de que exista la oportunidad real de evitar la circunstancia desagradable, las personas no
¿Cómo se desarrollo el experimento?
En su interés por la depresión, Seligman y Maier realizaron una investigación utilizando perros. El estudio tuvo dos etapas, en la primera se organizaron 3 grupos de perros.
El grupo 1 fue puesto en arneses por un tiempo y luego fueron liberados, mientras que al grupo 2 y 3 los amarraron en yunta y le aplicaron descargas eléctricas. A los perros en el grupo 2 se les daban choques eléctricos de manera aleatoria y los perros podían presionar una palanca para detener las descargas.
A los perros del grupo 3 los juntaron con uno del grupo 2, cuando el perro del grupo 2 recibía un choque eléctrico, el perro del grupo 3 también recibía un choque de la misma intensidad y duración, pero este no podía evitarlo porque su palanca no hacía nada.
El perro del grupo 3 no se daba cuenta que dejaba de recibir descargas porque el perro del grupo 2 al que estaba pareado las detenía. Por lo tanto, para los perros del grupo 3, el choque eléctrico era una situación inevitable.
En la segunda parte del experimento, los 3 grupos de perros fueron llevados a una habitación dividida en dos sectores . La división estaba hecha con una barrera relativamente alta y posible de saltar.
Todos los perros podían saltar la barrera y escapar de los choques eléctricos. Los perros del grupo 1 y 2 rápidamente lo entendieron y escaparon de las descargas.
En cambio, la mayoría de los perros del grupo 3 simplemente se quedaron quietos sin hacer nada y solo gemían al recibir los choques.
Conclusiones
Se pudieron elaborar dos conclusiones en relación a los diferentes comportamientos caninos.
Por un lado el grupo 1 y 2 que actuaron activamente y escaparon de las descargas eléctricas. Y por el otro, el grupo 3 que actuó pasivamente sin intentar huir de una situación peligrosa.
El comportamiento pasivo fue producto de que antes habían aprendido que nada de lo que hicieran iba a detener el choque eléctrico. Y además de ser inevitable, la situación iba a desaparecer sin necesidad de intervenir.