El Experimento de la Sobrejustificación

El Experimento de la Sobrejustificación
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El experimento de la sobrejustificación y su efecto negativo

El experimento de la sobrejustificación demostró que una recompensa ejerce un efecto negativo cuando esta no es necesaria. Esto significa que en la persona disminuye la motivación intrínseca para realizar una determinada tarea a cambio de un estimulo externo.

Cuando realizamos una tarea convergen dos tipos de motivación: intrínseca y extrínseca. Pueden estar presentes ambas al mismo tiempo o una sola, dependiendo del motivo que impulsa a la persona a realizar esa tarea.

La sobrejustificación se manifiesta en los casos en donde ofrecer un incentivo externo a una persona disminuye su motivación intrínseca para llevar a cabo la tarea.

En la década del ’70, Lepper, M. R., Greene, D. y Nisbett, R. E., demostraron que en ciertas condiciones específicas, un premio puede desincentivar a una persona.

El experimento de campo se llevó a cabo con niños de guardería de entre 3 y 5 años. Los investigadores visitaron el lugar y observaron el interés por dibujar con unas pinturas de varios colores.

¿Cómo se desarrollo el experimento?

En base a la observación dividieron a los niños en tres subgrupos con la posibilidad de continuar realizando la misma actividad (dibujar). Decidieron incorporar variaciones en cada grupo para interferir con la conducta de los niños.

  • Grupo A Recompensa Esperada. Se les dijo que si participaban en una actividad de dibujo con las pinturas, al final se les daría una recompensa. La misma consistía en un diploma de “buen jugador”.
  • Grupo B Recompensa Inesperada. No se les comunicó nada inicialmente y al final de la actividad se los sorprendió entregándoles su diploma de “buen jugador”.
  • Grupo C de Control. No se le prometió una recompensa y tampoco se le otorgó el diploma de manera sorpresiva.
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Le dijeron a los niños que un señor visitaría la guardería para ver lo que hacían con las pinturas. Posteriormente sólo le dijeron al Grupo A que “el señor” había traído un montón de premios (diplomas) para repartir entre ellos si aceptaban participar en la actividad.

A los Grupos B y C simplemente se les propuso hacer dibujos con las pinturas para enseñárselos al señor.

Los Resultados y Conclusiones

Una semana después los investigadores regresaron a la guardería para analizar los efectos que produjo el experimento sobre el comportamiento de los niños. Descubrieron que los niños a los que se les había prometido recibir una recompensa durante la primera parte del experimento jugaron mucho menos con los marcadores.

El resultado fue el esperado, los niños que habían recibido el diploma de buen jugador demostraban menos interés con las pinturas. Los niños que no habían sido recompensados mostraron un interés similar al de antes del experimento.

Lepper, Greene y Nisbett concluyeron que introducir una recompensa, cuando no es necesaria, genera un efecto negativo en términos de motivación.

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